sábado, 23 de abril de 2016

Javier Martín-Jiménez, "La aproximación social al arte (I)”

Todos los programadores culturales, gestores, comisarios y en general profesionales que trabajan en la concepción y montaje de exposiciones comparten diferentes grados de obligación para con el público. En muy diferentes niveles, según la responsabilidad de cada especialista y con independencia del propio motivo de la exposición, para que los espectadores puedan tener un correcto acercamiento al discurso se deben dar distintos factores que cohabiten en la muestra. Por ejemplo, la generación de un discurso que dé sentido a la lectura de las obras, la correcta colocación de las piezas en el espacio, la información ilustrativa de las obras (vinilos, cartelas, vídeos), las actividades educativas paralelas, etc.
El reto a alcanzar por cualquier programador –no tanto el que concibe una muestra independiente sino el que programa un espacio expositivo de manera continuada- sería el de llegar a propiciar lo que podemos denominar el “espectador emancipado crítico”. El espectador que es capaz de “ver” la exposición, de “entender lo que ve” y, posteriormente, tener un juicio de valor sobre lo que ha visto. A modo de simple comparación, en una conversación entre dos personas, no sólo hay que hablar sino también escuchar, comprender lo que se escucha y generar una opinión para dar respuesta. De esta forma se propicia el diálogo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Etiquetas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

s#a

s#a