Ionizada anda la sociedad entre las descargas eléctricas de los medios empapados de tantas mentiras y que se manifiestan en nosotros como si fuéramos mástiles de un barco velero sin rumbo definido. Si en la marina antigua era considerado como signo de mal/buen augurio dependiendo de la época y coincidiendo ellas en la pérdida de la brújula por efecto de la descarga eléctrica podríamos decir que en pleno siglo XXI, con todos los medios a nuestro alcance, coincidimos en esa perdida de esa misma brújula, yendo a la deriva quien sabe si para recalar en otros mundos totalmente desconocidos para nosotros.
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