Hablar de Maruja Mallo es referirse a una figura fundamental de la Generación del 27, una artista cuya trayectoria abrazó tanto el realismo mágico como el surrealismo. Su legado impone un profundo respeto, no solo por su talento, sino por su activa participación en las vanguardias artísticas españolas. Fue, además, una firme defensora del feminismo y la libertad en un contexto europeo polarizado por modelos sociales antagónicos.
Para contextualizar la obra a la que hacemos referencia —identificada como La verbena (1927)—, es necesario señalar que representa una animada fiesta popular en Madrid. En ella se despliega una pléyade de personajes que deambulan inmersos en la algarabía de la celebración. Este impresionante lienzo se configura como un "collage pictórico" donde se yuxtaponen figuras variopintas: desde la Guardia Civil y marineros de permiso, hasta disfraces, gigantes y cabezudos. Todos ellos están representados de forma compacta, casi como un mural destinado a ser expuesto en un espacio oficial.
El singular rigor formal de los rostros de algunos protagonistas de esta pintura me lleva, de manera interpretativa y audaz, a proponer el concepto de Neogrequismo (una denominación de mi propia creación). Este estilo se acerca al hieratismo de los iconos de la representación religiosa de la Iglesia Ortodoxa Oriental, una cualidad que recuerda directamente al tratamiento que El Greco daba a las figuras en sus lienzos. Casualmente, este rigor en los rostros que sitúo en mi Neogrequismo se reserva para las figuras que simbolizan la autoridad, como el guardia civil y un personaje que evoca a la Reina Isabel la Católica.
Nos encontramos, sin duda, ante una obra pictórica de gran calado interpretativo, cuyas posibles lecturas son tan numerosas y diversas como las personas que, con humildad y apertura, se acerquen a contemplarla.
Talking about Maruja Mallo is referring to a fundamental figure of the Generation of '27 (Generación del 27), an artist whose career embraced both magic realism and surrealism. Her legacy commands profound respect, not only for her talent but also for her active participation in the Spanish artistic avant-garde. Furthermore, she was a staunch defender of feminism and freedom in a European context polarized by antagonistic social models.
To contextualize the work to which we are referring—identified as La verbena (1927)—it is necessary to point out that it represents a lively popular festival in Madrid. A plethora of characters is displayed within it, wandering immersed in the revelry of the celebration. This impressive canvas is configured as a "pictorial collage" where motley figures are juxtaposed: ranging from the Guardia Civil and sailors on leave, to costumes, giants and big-heads (gigantes y cabezudos). All of them are compactly represented, almost like a mural intended to be exhibited in an official space.
The unique formal rigor of the faces of some protagonists in this painting leads me, in an interpretive and bold manner, to propose the concept of Neogrequismo (a denomination of my own creation). This style approaches the hieratic quality of the icons of religious representation of the Eastern Orthodox Church, a characteristic that directly recalls the treatment El Greco gave to the figures in his canvases. Coincidentally, this rigor in the faces that I place in my Neogrequismo is reserved for figures that symbolize authority, such as the civil guard (guardia civil) and a character who evokes Queen Isabella the Catholic.
We are, without a doubt, facing a pictorial work of great interpretive depth, whose possible readings are as numerous and diverse as the people who approach it with humility and open-mindedness to contemplate it.

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