En la Roma postclásica, transcurridos varios años, un nostálgico visionario, obsesionado con la grandeza de los antiguos Césares, erigió un "barrio" bautizado EUR (Exposición Universal de Roma), un monumento a la gloria de la Italia fascista. Aquel hombre, de pequeña estatura pero ambición desmedida, era Benito Mussolini.
Un detalle emblemático de este proyecto urbanístico es el Palacio de la Civilización Italiana que a la vista, exhibe una armonía impecable en su sucesión de arcos. Cada hilera sustenta a la superior, como alegoría de la colaboración armónica entre las clases sociales unidas en la construcción de la grandiosa Italia soñada por los fascistas. El edificio se inscribe así en el renovado impulso clasicista que el régimen pretendió imponer a toda expresión artística y cultural.
La fotografía captura una belleza profunda. Esos vanos que se abren ante nuestros ojos parecen observarnos, contemplando la urbe, la Roma eterna, al pueblo y la ciudad de Roma. La noche se impregna de magia entre sus arcos, que resuenan como una única nota musical, pura y reiterada, tejiendo una sinfonía monocorde de perfección casi absoluta.
In post-classical Rome, several years having passed, a nostalgic visionary, obsessed with the grandeur of the ancient Caesars, erected a 'neighborhood' christened EUR (Esposizione Universale di Roma - Rome Universal Exposition), a monument to the glory of Fascist Italy. That man, of small stature but immeasurable ambition, was Benito Mussolini.
An emblematic detail of this urban project is the Palace of Italian Civilization which, to the eye, exhibits an impeccable harmony in its succession of arches. Each row supports the one above, as an allegory of the harmonic collaboration between social classes united in the construction of the grandiose Italy dreamed of by the Fascists. The building thus inscribes itself within the renewed classicist impulse that the regime intended to impose on every artistic and cultural expression.
The photograph captures a profound beauty. Those openings that appear before our eyes seem to observe us, contemplating the city, eternal Rome, its people, and the city of Rome. The night becomes imbued with magic among its arches, which resonate like a single musical note, pure and repeated, weaving a monochrome symphony of almost absolute perfection.
Dosmilcien
No hay comentarios:
Publicar un comentario