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Que manera más becqueriana de llamar a un fantasma. Que nuestro, que autentico, que sabor tiene esta palabra. Aun recuerdo a mi difunta abuela contarme historias de miedo referidas a las ánimas y eso que ella no era gallega sino todo lo contrario, era de Mérida y ya saben la gracia extremeña. Yo la miraba con atención, boquiabierto, con los ojos clavados en los suyos porque ella era, desde su sabiduría adquirida con los años de experiencia, una gran narradora de historias de todo tipo, desde el cariño a sus nietos, cariño por otra parte también muy extremeño, es decir, a su manera, nos daba a cada uno de mis primos nuestra dosis de relatos haciendo hincapié en aquello que nos gustaba a cada uno. Pero nos daba igual la historia que fuera, nos encantaba la tranquilidad que transmitía su voz, esa voz protectora que las madres solo saben y que resulta tan reconfortante. Ánima es la palabra que me acompaña toda la vida como algo positivo y agradable de llevar en mis recuerdos.
by 2100
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