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Que deliciosa película francesa, que graciosa y que elegante. Los pichulas y boberas de lenguaje típico de esa zona francesa no se asemeja en nada a esta oficina de correos (antes correos y telégrafos, que con esto de las modernidades ha desaparecido lo de "telégrafos" perdiendo el alma de este servicio público) del pueblo de Cercedilla en Madrid. No me digan por qué me vino a la mente la citada película, pero me vino y por eso la "inmortalicé" para la posteridad. Quizás puedo ser que Cercedilla en un pueblo montañero, de esquiadores, recogidito, sin duda alguna un buen lugar de destino para cualquier funcionario de correos (y telégrafos).
by mmc
@iarte2
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