Todo esta pautado y cuadriculado. Nadie se sale de los márgenes establecidos por alguna deidad terrenal. Aquello que logra escapar es atrevido, insurgente y con cierto poder de atracción. El mundo parcelario nos encorseta y nos llega a oprimir de tal manera, o de una manera tan sutil, que caemos en sus garras como la rana que poco a poco se va cociendo en un caldero de agua fría puesta al fuego. Así hasta la lucha final de encontrarnos con la muerte, la cual llega casi siempre de una manera inesperada.
@Trespassos3
Plas plas plas
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